martes, 16 de julio de 2013

FOTITOS DE RECUERDO EN POROTO

















RESUMEN DE PASEO PROYECCION SOCIAL EN EL DISTRITO DE POROTO





RESUMEN DE PASEO PROYECCIÓN SOCIAL EN EL DISTRITO DE POROTO


En el paseo  que realizamos, tuve  una experiencia muy agradable, ya que cada uno de los alumnos asistentes pudimos  conectarnos con la naturaleza por unos momentos,  mediante la Vio Danza pues podíamos sentir los ruidos maravillosos de la naturaleza y también sintiéndonos como humanos y pisar siempre firmes en donde estábamos con una gran energía positiva que invadió todo  mi cuerpo en un lugar muy alto que podíamos sentirnos en la sima del distrito de Poroto. Partiendo de esto  cada alumno realizo roles inherentes a cada quien ,qué teníamos  que  convocar a la población de poroto, ya que más se evidenciaron fueron los niños que para ellos estuvo preparada  y ejecutada los diferentes  números que se realizaron, se sentían muy contentos al presenciar  cada número,  con una emoción inmensa  ya que no existen tantos eventos como el que hemos llevado a Poroto sobre todo ver , la felicidad inmensa que se reflejaba en cada carita llena de alegría y  satisfacción que tenía cada niño en cada acto y sobre todo con los bailes que ellos formaban parte , dentro de las funciones que se realizaron en la DRAMATIZACION cundo preguntaron a un niño que es lo que se evidenciaba en el acto de que la mujer era dominada y no tenía la palabra que el hombre tenía el poder sobre ella, preguntaron a un niño dijo eso es MACHISMO pero lo hizo de una manera tan enérgica como decir que el hombre es el que manda en la casa como se dice vulgarmente( el hombre tiene los pantalones bien puestos) esto no debe ser una frase que nosotras las mujeres  nos intimide y  podemos ser capaces de tomar nuestras propias dediciones, y no dejar que el Micro -machismo nos este cada día dominando ya que en cada hogar siempre existe una manipulación del hombre hacia la mujer, sus violencias al principio son muy sutiles que hasta la mujer no puede aún diferenciar  que es un tipo de violencia porque esta sociedad nos apaña la verdadera identidad como mujer que tenemos nuestros propios deseos  pero el hombre siempre busca estrategias de manipulación a la mujer,  por eso nosotros como profesionales podemos brindar una información de que en una familia debe a ver una igualdad, equidad,  y afecto que esto hace que haya más amor, unión comprensión y comunicación en un hogar  estoy muy satisfecha de haber sido parte de esta hermosa experiencia que siempre lo tendré en cuenta muchas gracias  a usted Querido Profesor …LENIN CÁRDENAS … MUCHAS GRACIAS .

sábado, 29 de junio de 2013

AlTERIDAD

Alteridad
ALTERIDAD
(Del latín alter: el “otro” de entre dos términos, considerado desde la posición del “uno”, es decir, del yo) es el principio filosófico de “alternar” o cambiar la propia perspectiva por la del “otro“, considerando y teniendo en cuenta el punto de vista, la concepción del mundo, los intereses, la ideología del otro; y no dando por supuesto que la “de uno” es la única posible.


Alteridad es un concepto amplio del descubrimiento que hacemos de la otra y otras personas, que nos lleva a cambiar el “yo descubro” por el “nosotros”.  Esto viene a contraponerse al comportamiento cotidiano de el encasillamiento en el cual colocamos a cada persona que conocemos, bajo un concepto que hemos fabricado de acuerdo a nuestras imperfectas percepciones, teniendo un prejuicio absoluto por cada persona, como dando una definición de cada una casi infalible desde nuestra concepción de la misma.

La alteridad precisamente como virtud, es decir un buen hábito, viene a contrariar este comportamiento común y popular bajo el cual estamos acostumbrados a funcionar en lo cotidiano.  Viene a retar al hombre y proponerla una forma distinta de relacionarse con los otros, que prevalezca una idea de ver al otro no desde una perspectiva propia, sino teniendo en cuenta creencias, ideologías, educación, cultura, familia y conocimientos en general propios del otro. Para esto es inevitable comprender que el tener alteridad nos invita a un acercamiento de otro tipo a las personas, ya que esto permite conocer con veracidad y autenticidad a la otra persona y en esta medida entenderla y comprender-la  mejor.


 


domingo, 23 de junio de 2013

    





INDICE

INTRODUCCIÓN
1 ¿QUÉ ES EL AMOR?
1.1 ¿CÓMO LO DEFINE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA?
1.2 LOS PSICOLOGOS Y SU PUNTO DE VISTA DE EL AMOR
1.3 DEFINIENDOLO POR LOS FILÓSOFOS
1.4 ¿CÓMO SE DEFINE EL AMOR DESDE LA SOCIOLOGÍA?
1.5 ¿A PARTIR DE ESTAS PRÁCTICAS CÓMO SE TRANSFORMÓ EL AMOR?
1.6 ¿CÓMO INFLUYÓ ESTO EN EL CAPITALISMO Y E CONSUMISMO?
1.7 ¿HAY UNA CONEXIÓN ENTRE EL AMOR Y LA FELICIDAD?
2 EL AMOR ROMÁNTICO EN EL TRASPASO DE LA HISTORIA
2.1 PREHISTORIA
2.2 EDAD ANTIGUA
2.3 EDAD MEDIA
2.4 EDAD MODERNA
2.4.1 EL AMOR EN LA ERA BURGUESA
2.4.1.1 NADIE ESPERABA AMOR EN EL MATRIMONIO
2.4.1.2 EL AMOR BURGUÉS: UNA REVOLUCIÓN HISTÓRICA
2.4.1.3 LOS TIEMPOS DEL AMOR CORTÉS
2.4.1.4 UNA NUEVA MORAL SEXUAL: EL MATRIMONIO Y EL HETEROSEXUALIDAD 22
2.4.1.5 DUEÑAS DE NADA
2.4.1.6 AMAS DE CASA CON EL ANHELO DE DEJAR DE SER
2.4.1.7 PERMISO DE POLIGAMIA
2.4.1.8 EL RITO AMOROSO DE LOS REGALOS
2.4.1.9 EL AMOR VICTORIANO Y SU PODER
2.4.1.10 EL AMOR ROMÁNTICO: LA PASIÓN ERÓTICA Y LA CAUSA POLÍTICA
2.5 EDAD CONTEMPORÁNEA
2.5.1 EL AMOR ROMÁNTICO: UN PROCESO PARADÓGICO
2.5.2 NUEVO MARCO DE LAS ELECCIONES ROMÁNTICAS
2.5.3 LA GRAN TRANSFORMACIÓN
2.5.4 LA AMPLIACIÓN DE LA OFERTA
2.5.5 ELECCIÓN MÁS LIBRE E INSEGURA
3 EL AMOR ROMÁNTICO: CONCEPCIÓN CULTURAL
3.1 CULTURA PERSA
3.2 CULTURA OCCIDENTAL
3.2.1 AMOR ESPIRITUAL, AMOR CARNAL: EROS, ÁGAPE, FILIA
3.2.2 EL MUNDO GRIEGO: LA PERFECCIÓN LA ATRACCIÓN
3.2.3 LA REVOLUCIÓN DEL AMOR CRISTIANO
3.2.4 ¿CÓMO AMAR SI NO NOS AMAMOS?
3.2.5 LA COLONIALIZACIÓN AMOROSA DE LAS MUJERES
3.2.6 PARA PODER MAR HAY QUE SER CIUDADANAS
3.3 CULTURA ORIENTAL
3.4 CULTURA ÁRABE
3.5 CULTURA TURCA (CHAMÁNICA E ISLÁMICA)
3.6 CULTURA ANGLOSAJONA
4 BÚSQUEDA DEL AMOR ROMÁNTICO
5 CONSECUENCIAS DE LA IDEALIZACIÓN DEL AMOR ROMÁNTICO
5.1 MITOS DEL AMOR ROMÁNTICO Y VIOLENCIA
5.2 UN PRETEXTO PARA EL ABUSO Y EL SOMETIMIENTO
5.3 LA DESIGUALDAD DE GÉNERO EN EL EMPLEO.
6 PERSPECTIVA DEL AMOR ROMÁNTICO DEL HOMBRE VS. EL DE LA MUJER
6.1 HECHOS DEL FEMINISMO Y EL MACHISMO
7 CONSIDERACIONES PSICOSOCIALES SOBRE EL AMOR ROMÁNTICO
7.1 ¿CÓMO EXPLICAR LA PERSISTENCIA DEL AMOR EN ESTOS CASOS?
7.2 ENAMORAMIENTO Y ELECCIÓN DE PAREJA
7.3 ERRORES, CONFLICTOS, RUPTURAS
8 ANEXO


EL AMOR ROMÁNTICO

INTRODUCCIÓN

 Amor es una de esas palabras cargadas de múltiples sentidos. Explicarla con cierto rigor no es fácil, pues de ella hay un auténtico abuso y para que esto no ocurra es necesario precisar en el sentido verdadero de la terminología de esta palabra buscando su esencia para comprender su trascendencia en la vida y el sentido que tiene vivirla. Dicho de otro modo, hay que poner orden en ese sinfín de palabras que se juntan en torno al término amor. Es preciso huir de los tópicos que esta palabra presenta con frecuencia, pues uno se pierde con facilidad cuando llegan distintas confusiones que, inevitablemente, le quitan o aumentan la relevancia que en realidad el amor tiene separándola de su verdadero significado; hay que enfatizar, en cambio, su importancia como forma de vida.
El amor romántico es una complicada realidad que hace referencia a múltiples aspectos de nuestro ser que determinan nuestra existencia en las distintas relaciones que tenemos en la vida; tales casos son, por ejemplo: el amor de amistad, amor al prójimo, amor entre cónyuges, amor de Padres a Hijos, amor a Dios etc. Es decir, en la vida cotidiana nos encontramos de una manera palpable con el amor, pero muy pocas veces nos damos cuenta de su presencia, de su significado. Siendo humanos, nuestra única motivación que tenemos para afrontar todos los problemas que surgen en la vida, el impulso que nos mueve a seguir adelante y da origen a un sinnúmero de relaciones sociales es, justamente, el amor. Y, por su complejidad, sólo el hombre es capaz y tiene la necesidad de amar. O bien, "Sólo la persona puede amar y sólo la persona puede ser amada. Esta es, ante todo, una afirmación de la naturaleza ontológica, de la que surge una afirmación de naturaleza ética. El amor romántico es una exigencia ontológica y ética de la persona. La persona debe ser amada ya que sólo el amor corresponde a lo que es la persona"

LAS AUTORAS 




1       ¿QUÉ ES EL AMOR?

El tema del amor puede algo enigmático, polémico y nada esclarecido para algunas de las personas en su mayoría, claro está que el amor puede verse desde la perspectiva y enfoque que cada individuo le asigna, o a manera interpretativa personal. Debido a las interpretaciones subjetivas y enfoques, conductista, psicológicos el concepto de amor puede variar. Muchos interesados en el tema, han investigado referente al amor desde diversos enfoques, conductista, psicoanalítico, filosófico, humanista.

1.1      ¿CÓMO LO DEFINE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA?

(Del lat. amor, -ōris).
1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
4. m. Tendencia a la unión sexual.
5. m. Blandura, suavidad. Cuidar el jardín con amor
6. m. Persona amada. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing. Para llevarle un don a sus amores
7. m. Esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella.
8. m. p. us. Apetito sexual de los animales.
9. m. ant. Voluntad, consentimiento.

10. m. ant. Convenio o ajuste.
11. m. pl. Relaciones amorosas.
12. m. pl. Objeto de cariño especial para alguien.
13. m. pl. Expresiones de amor, caricias, requiebros.
14. m. pl. cadillo ( planta umbelífera).
~ al uso.
1. m. Arbolito de la familia de las Malváceas, parecido al abelmosco, de ramos cubiertos de borra fina, hojas acorazonadas, angulosas y con cinco lóbulos, pedúnculos casi tan largos como la hoja, y flor cuya corola es blanca por la mañana, algo encarnada al mediodía y rosada por la tarde. Se cría en la isla de Cuba y se cultiva en los jardines de Europa.
~ de hortelano.
1. m. Planta anual de la familia de las Rubiáceas, parecida al galio, de tallo ramoso, velludo en los nudos y con aguijones echados hacia atrás en los ángulos, verticilos de ocho hojas lineales, lanceoladas y ásperas en la margen, y fruto globoso lleno de cerditas ganchosas en su ápice.
2. m. almorejo.
3. m. lampazo ( planta compuesta).
~ libre.
1. m. Relaciones sexuales no reguladas.
~ platónico.
1. m. amor idealizado y sin relación sexual.

~ propio.
1. m. El que alguien se profesa a sí mismo, y especialmente a su prestigio.
2. m. Afán de mejorar la propia actuación.
~ seco.
1. m. Nombre que designa diversas especies de plantas herbáceas cuyos frutos espinosos se adhieren al pelo, a la ropa, etc.
~es secos.
1. m. pl. Am. Mer. y Filip. amor seco.
al ~ del agua.
1. loc. adv. De modo que se vaya con la corriente, navegando o nadando.
2. loc. adv. Contemporizando, dejando correr las cosas que debieran reprobarse.
al ~ de la lumbre, o del fuego.
1. locs. advs. Cerca de ella, o de él, de modo que calienten y no quemen.
a su ~.
1. loc. adv. p. us. holgadamente.
con mil ~es.
1. loc. adv. coloq. de mil amores.
dar como por ~ de Dios.
1. loc. verb. desus. Dar como de gracia lo que se debe de justicia.

de mil ~es.
1. loc. adv. coloq. Con mucho gusto, de muy buena voluntad.
en ~ compaña.
1. loc. adv. coloq. en amor y compaña.
en ~ y compaña.
1. loc. adv. coloq. En amistad y buena compañía.
hacer el ~.
1. loc. verb. Enamorar, galantear.
2. loc. verb. copular ( unirse sexualmente).
por ~ al arte.
1. loc. adv. coloq. Gratuitamente, sin obtener recompensa por el trabajo.
por ~ de.
1. loc. prepos. Por causa de.
por ~ de Dios.
1. expr. U. para pedir con encarecimiento o excusarse con humildad. Hágalo usted por amor de DiosPerdone usted por amor de Dios
requerir de ~es.
1. loc. verb. Cortejar, galantear.
tratar ~es.

1.    loc. verb. Tener relaciones amorosas.

1.2      LOS PSICOLOGOS Y SU PUNTO DE VISTA DE EL AMOR

SIGMUD FREUD: es el orden del deseo: no una pasión imaginaria donde el sujeto tiende, sin conseguirlo, a completarse sino un don activo. Cada vez que vuelvo a caer en la ilusión de completud tengo inhibiciones para trabajar, para amar, para crear. El sujeto, cuando acepta que no puede poseer al otro acepta su carencia y se transforma en sujeto deseante en continua transformación. El amor surge, por lo tanto, ahí donde un amado se transforma en amante, es decir un deseable en deseante. Eros tiende a la unión pero sin principio de muerte moriríamos todos ahogados en su abrazo. Es decir que para que se pueda forjar en mí la dimensión del amor tendré que haber aceptado el límite que la muerte impone a mi existencia material. Cuando acepto ser mortal, alcanzo un grado más de humanización que me permite transformar la realidad.
WALTER RISO: el amor es la mezcla de tres etapas. La primera es la del enamoramiento, aquel embelesamiento que él asegura que dura de 6 meses a un año, durante el cual no creemos que exista mejor media naranja sobre la tierra, que la que tenemos en nuestras manos.
Luego de esto viene el factor cognitivo, que contiene muchas cosas dentro de sí mismo, entre las que se encuentran las decisiones, el deseo, y en donde debe existir el invento social de la amistad. [1]
 LEOPOLDO CHIAPPOEL: amor es algo noble. Es que el amor adviene sobreponiéndose al acontecer vulgar, es decir, el acontecer hecho de ambición, inseguridad, miedo, dominio, posesividad, desconfianza, celos, poder, mentira, falsedad, engaño, agresión, intolerancia, desencuentro, animadversión, ojeriza, envidia, rencor, ira, codicia, desgano, pesar, pesadez, tedio y, también, falsificación de la vida con artificiales Ersatz, sustitutos, pseudo consolaciones, como son las diversiones frívolas, la manía de comprar y comprar cosas, distraerse en tonterías, lo que se llama matar el tiempo. El amor pone en la vida


[1] Obtenido de lauridearmas's blog: http://lauridearmas.wordpress.com/2010/08/05/manual-para-no-morir-de-amor-por-walter-riso/

luz y fuego, autenticidad;  el amor pone armonía, alta paciencia, confianza, valor, entrega, desinterés, vuelo, ligereza jubilosa, vivencia genuina, verdad. El amor pone entusiasmo, esto es, divinización. Y esto es así porque pensamos en una psicología fundamental del amor, es decir, el amor como fundamento de la vida y por el cual el alma, psyche, se ve iluminada por la palabra que esclarece el amor, el divino amor. Entonces debemos sobrepasar el hecho de que el amor es, también, una experiencia afectiva, de ardientes raíces biológicas y de azul respiración espiritual, para entender el amor no sólo como un hecho sino como una dimensión existencial de la vida humana, una manera maravillosa de vivir, amorosa. Entonces el amor no se opone en primer término al odio; el amor, luz y fuego de la vida humana, fecundidad exuberante, se opone al desamor, pálido, ceniciento, marchito. Es el desamor la desvaída manera de vivir. Es el desamor la falta de entusiasmo, la indiferencia, la apatía.[2]

1.3     DEFINIENDOLO POR LOS FILÓSOFOS

EDGAR MORALES FLORES: no hay una sola definición de amor, a lo largo de la historia, la filosofía ha abordado este tema desde distintos ángulos. Se pueden reducir a dos principales núcleos semánticos: Eros y Ágape. Esto es válido para la filosofía occidental, que se ha nutrido históricamente de dos fuentes culturales básicas, me refiero al pensamiento clásico grecolatino y a la matriz judeocristiana. Los griegos llegaron al punto en el que las principales discusiones alrededor del amor se centraron en el tema “erótico”, es decir, en los afectos del alma que partían del impulso hacia los cuerpos bellos y llegaban al ámbito de lo divino; así tenemos, por ejemplo, a Platón para quien el amor es el producto de una tensión entre la abundancia y la necesidad, de ahí su plenitud pero también su carencia: el amor es análogo al deseo que busca completar su satisfacción, pero cuya dinámica existencial es terriblemente agotadora por el proceso de búsqueda que supone. Por otro lado, la noción cristiana de ágape refiere más bien al ámbito de la gracia divina, su modelo es la plenitud y perfección del amor de Dios hacia los hombres, amor inmerecido que se otorga sin condiciones a quien incluso lo

[2] Leopoldo Chiappo Galli (ChosicaLima17 de diciembre de 1924 - Lima, 7 de marzo de 2010), fue un filósofo y educador peruano, así como un renombrado psicólogo y escritor.

desprecia, el patetismo propio de esta noción cristiana tiene su precisa iconografía en la crucifixión del hijo de Dios, sangrando por su insensato amor a los hombres. Estas son las dos fuentes que rigen las principales acepciones del amor en Occidente, la noción ascendente de Eros, demasiado humana, estética y extática, y la noción de Ágape, divina, perfecta, compasiva y ética.[3]

PLATÓN: El amor es un medio de ascender a las Ideas. En el amor se produce una ascensión desde las cosas sensibles hasta la Idea de la Belleza. El amor platónico es ascensión hacia la Belleza. El Fedro desarrolla el mismo tema que el Banquete en el mito del carro alado y con referencia directa a la reminiscencia. El alma que ha caído a la tierra ha olvidado todo y  perdido sus alas; pero "viendo la hermosura de este mundo y acordándose de la verdad, toma alas y, una vez alada, desea emprender el vuelo". Por ello el amor es filósofo. La razón de ese amor por las Ideas es la afinidad del alma con las Ideas.
No es un dios, ni un mortal, es un gran daimon, un intermediario entre dioses y mortales. La idea es sencilla, el amor es el camino, el nexo de unión con aquello que llamamos perfecto, divino, hermoso, sirve de enlace y comunicación llenando el vacío que existe entre lo visible y lo invisible.

ARISTÓTELES: se refiere al amor entre los hombres más como philia, amistad (de la que habla en los libros VIII y IX de Ética a Nicómaco), que como eros, aunque atribuye a todo el universo la antigua idea del amor como fuerza cósmica de los presocráticos, de Empédocles, sobre todo, según la cual la naturaleza entera ama al Primer Motor, como se ama lo que es fin y lo que es perfecto.

SARTRE: el amor es una empresa contradictoria condenada de antemano al fracaso. El hombre, que en el sistema de Sartre es el «ser para sí» (conciencia)


[3] Obtenido de una entrevista a Edgar Morales Flores, es Licenciado en Filosofía por la Fac. Filosofía y Letras de la UNAM. Profesor de Textos Filosóficos Medievales y Renacentistas y de Problemas de Filosofía de la Historia y de las Ciencias Sociales. Ha participado en proyectos de investigación en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM y publicado textos especializados en el área de filosofía de la religión. Ha publicado artículos en México y en el extranjero y es actualmente miembro del consejo de redacción de la revista cultural Metapolítica. También ha participado en debates en espacios radiofónicos y televisivos. Recientemente recibió el premio iberoamericano a la calidad educativa por la gestión de una Especialidad en Filosofía y Medios de Comunicación. Sus líneas actuales de investigación giran en torno a las relaciones entre erotismo, filosofía y religión.

es también «ser para otro». El otro aparece en el ámbito de la conciencia como alguien que contempla desde fuera nuestra propia subjetividad. La fuerza de su mirada desconcierta y tendemos a hacer del otro un objeto de conciencia, hundiéndolo en la subjetividad, para evitar sentirnos sometidos a su mirada. Como la libertad del otro es irreductible, debemos asumir, como proyecto la idea de hacernos amar por el otro: si deseamos poseer a los demás, no basta poseer el cuerpo, hay que adueñarse de la subjetividad, es decir, del otro sujeto en cuanto ama. «Amar es, en esencia, el proyecto de hacerse amar». La empresa es imposible y siempre condenada al fracaso, porque hacerse con la subjetividad del otro es hacerse con su libertad, y ofrecerse a la libertad del otro es constituirse en objeto, alienar la propia libertad. Es una empresa de dioses, imposible para el hombre, y por eso «el hombre es una pasión inútil».

SÓCRATES: Amor de la generación y procreación en lo bello. Porque la generación es algo eterno e inmortal en la medida en que pueda existir en algo mortal. Y es necesario, según lo acordado, desear la inmortalidad junto con el bien, si realmente el amor tiene por objeto la perpetua posesión del bien.

NIETZSCHE: es lo que está más allá del bien y del mal. 

1.1      ¿CÓMO SE DEFINE EL AMOR DESDE LA SOCIOLOGÍA?

ILLOUZ nos aclara ésta interrogante contándonos que le interesa ver en qué situaciones la gente se dice a sí misma que está enamorada. Es ambivalente, hay definiciones muy guionadas como el amor a primera vista que acelera el corazón o quita el sueño. En el siglo XIX esto estaba claro, pero hoy hay voces que nos dicen que ese amor no existe.
Las situaciones para decir si es amor varían con la clase social y el género. El amor es un código que nos permite entrar a una experiencia específica, cuando decimos te amo junto con esta emoción viene una serie de prácticas sociales.

1.2      ¿A PARTIR DE ESTAS PRÁCTICAS CÓMO SE TRANSFORMÓ EL AMOR?

La naturaleza de la voluntad y el deseo cambiaron y la elección es una condición permanente. Elegimos entre muchas opciones con diferentes criterios y esto desorganiza la voluntad. Cuando el yo trata de comprender racionalmente esas necesidades y proyectos se da una concentración reflexiva sobre el deseo.

1.1      ¿CÓMO INFLUYÓ ESTO EN EL CAPITALISMO Y E CONSUMISMO?

El capitalismo desconectó la relación familia-economía. Tradicionalmente en el matrimonio, hombre y mujer estaban en una situación donde se necesitaban por razones socioeconómicas.
Hace 200 años que el capitalismo es una empresa masculina y los hombres, por lo tanto, no necesitan a la familia para sobrevivir.
Por otra parte, puso a la sexualidad en el centro. La libertad sexual ya estaba en la agenda feminista, pero la industria de la moda y los cosméticos promovió otro modelo. Pensemos en ser sexy, ¿cuán importante es? Detrás de la idea de vestirse para desplegar un aura de disponibilidad sexual existe una enorme industria.

1.2      ¿HAY UNA CONEXIÓN ENTRE EL AMOR Y LA FELICIDAD?

No siempre existió. La cultura de la autoayuda trata de que se logre la felicidad con la satisfacción. La excitación y la novedad provocan placer y no desaparecen con el compromiso que se necesita en una relación moderna. La cultura del consumo ha instalado que la excitación es condición para el placer y se contradice entre una nueva demanda sin precedentes del amor para llegar a la felicidad y las fuerzas que están en contra de lograrla.

2       EL AMOR ROMÁNTICO EN EL TRASPASO DE LA HISTORIA


2.1      PREHISTORIA

La gente suele imaginar a los hombres prehistóricos como unas bestias peludas que arrastraban a sus mujeres por las piojosas cabelleras y que las incitaban al amor a puro garrotazo. Sin embargo, los estudiosos encontraron un pasado mucho más tierno y, sin duda, más “humano”.
El amor… ¿es un producto cultural? ¿Una cualidad esencialmente humana? ¿Cuándo aparece el amor en la historia de la Humanidad?
El historiador francés Jean Courtin comienza por diferenciar el amor de la necesidad animal de armar pareja para asegurar la continuidad de la especie. Entiende que se trata de “un sentimiento profundo, que incite a evaluar las cualidades del otro, a escoger a su compañero, a tomar la decisión de pasar el tiempo con él”. Esto recién lo encuentra en el Homo sapiens, es decir, el hombre moderno.
Las primeras huellas del amor, parece, estuvieron unidas a las de la muerte. Así es: para Courtin, el sentimiento amoroso va a la par con la consideración que las sociedades primitivas empiezan a tener hacia los muertos. Y esto aparece con el hombre de Cro-Magnon, hace 100.000 años en Africa y el Cercano Oriente y unos 35.000 en Europa.
En las grutas de Grimaldi, por ejemplo, se encontraron unos esqueletos de 30.000 años de antigüedad de dos niños de entre 6 y 10 años enterrados juntos, con la pelvis y los muslos recubiertos de miles de conchillas perforadas. En Dinamarca, en un lugar de unos 8.000 años, se descubrió una joven de 18 años con su bebé recién nacido. Ella llevaba una gran cantidad de dientes de ciervo perforados (antes cosidos o atados a su ropa) y el bebé, un varoncito, sostenía una hoja de sílex en su mano (como se usaba entre los hombres adultos) y ¡estaba ubicado sobre el ala de un cisne! No es difícil ver en tanta dedicación una forma de amor, ¿verdad?
Pero incluso pensemos en los fuleros neandertales (ya se sabe: cuello ancho y corto, piernas ídem, brazos musculosos, narizota de perro de caza…), incluso aquellas nobles bestias enterraban a sus muertos. Courtin cuenta el hallazgo de una tumba de mujer, tapizada de flores de los pantanos, que alguien había traído desde un valle que estaba a varias horas de camino. Es el ejemplo más antiguo conocido de flores en un enterramiento. ¿No es romántico?
Los más “modernos” cromagnones ya hablaban y tenían el mismo cerebro que nosotros, por lo tanto, ninguna de las pasiones humanas les era ajena. Parece, amigos, que el Paleolítico fue algo así como el paraíso en la Tierra. Los recursos abundaban, los grupos humanos se comunicaban entre sí sin mayores conflictos, hablaban una suerte de lengua universal, comerciaban… los científicos no hallaron ni un testimonio de muerte violenta provocada por otros humanos. Pero no todo lo que reluce es oro: parece que existía algo así como la pareja monogámica. En efecto, los cazadores seminómadas de entonces no podían darse el lujo de la poligamia, porque hubieran tenido que pasarse la vida cazando para mantener una familia muy numerosa. Pero como siempre existen excepciones, se han encontrado algunas tumbas (raras) con un hombre enterrado con dos mujeres y hasta un caso de una joven con dos hombres. (¡Con razón se murió!)
Pero la tumba más romántica que cita Courtin es una de la famosa gruta de Grimaldi, donde se encontraron los esqueletos de un hombre muy alto de unos veinte años y una mujer un poco mayor, replegados y estrechamente entrelazados entre sí, adornados con caracolas…
Si te interesa el tema, leéte “La más bella historia del amor”, de Dominique Simonnet, publicado por el Fondo de Cultura Económica, 2004.
Apostilla sobre la imagen ut supra: Esta imagen no corresponde a los restos de Grimaldi, sino a otros posteriores a la edición del libro citado anteriormente, pero que no hacen más que confirmar lo que allí se dice:
“Les apodan “Romeo y Julieta de la prehistoria”, y son los restos óseos de un hombre y una mujer fallecidos hace 6000 años, probablemente jóvenes (el análisis de sus piezas dentales lo confirmará), encontrados en Mantua, al norte de Italia.
Lo insólito de la historia no es que los cuerpos se encontraran en las proximidades de la ciudad dónde William Shakespeare ambientó su famosa tragedia de amor adolescenteRomeo y Julieta. Ni tampoco que sea uno de los pocos entierros dobles conocidos de época neolítica. Lo realmente curioso y novedoso, según los autores del hallazgo, es que los miembros de la pareja fueran enterrados abrazados y enfrentados. Luca Bondioli, antropólogo del Museo Etnográfico y Prehistórico de Roma, confiesa que el hallazgo “tiene un valor más emocional que científico”, aunque también asegura que confirma que la concepción sobre la muerte en el ser humano no ha cambiado mucho en seis milenios.” Extraído del blog: heroesdelaciencia ver también en sopadeciencias.[4]

2.2      EDAD ANTIGUA

En esta edad las relaciones amorosas, era más formales, mucho más solemnes y las cuales durarían para toda la vida. La pareja de casados debía conocer a toda la familia y haber tenido un compromiso pactado, sabiendo de antemano que es lo que tienen los esposos para ofrecer a las futuras esposas, una unión matrimonial no tenía la opción en caso de fracasar a una separación, era pecado y no podían ser aceptadas por ende en la sociedad, eran odiados y repudiados por toda la sociedad eran personas de desprecio, eran personas que debían ser castigadas, ya sean a pedradas o escupidas o cualquier castigo que dignificaba a la persona.
 El matrimonio era algo de familia, es decir, la familia podía ordenar en el matrimonio, y podía disponer que debieran hacer en él, los padres de los esposos ordenaban a los esposos o esposas de sus hijos y ellos debían obediencia, comparándolo con hoy es algo imposible de realizar porque tendemos a reaccionar de distinta manera y no dejamos que otras personas interfieran en nuestro matrimonio, ahora se dice matrimonio ES DE DOS. En esta época era algo común que los recién casados vivan con la familia, no era como ahora que decimos al famosa frase “EL CASADO, CASA QUIERE”.
Pero, la manera de ser, es decir no se puede generalizar  y catalogar a el amor en una sola manera, ya que estas relaciones son de acuerdo a las culturas.

1.1      EDAD MEDIA

El amor no ha sido interpretado siempre como lo es hoy en día. Novelas y películas sobre otras etapas históricas nos tienden a llevar hacia la idea de que las relaciones amorosas entre personas han tenido siempre una base similar y esto, claramente, no es así. En esta materia somos claros deudores del Romanticismo, que transformó la forma de interpretación de este tipo de 

[4] Extraído del blog: heroesdelaciencia ver también en sopadeciencias.

sentimientos e, incluso, los sentimientos en sí. Pero, entonces, ¿cómo se vivía el amor en la Edad Media?
Lo primero que hemos de entender es que la visión del hombre medieval hacia el amor queda determinada, desde un primer momento, por la imagen negativa de la mujer y el sentimiento de pecado que impregna todo lo que tenga que ver con ésta. De esta manera, el verdadero sentimiento elevado, el verdadero amor, sólo se transmite por la amistad entre hombres ya que, según la concepción de la época, éstos son los únicos seres totalmente completos y capaces de expresar este tipo de emociones.
Sin embargo, en el siglo XI se desarrolla una auténtica revolución, confiriendo un enorme refinamiento e importancia al amor entre hombre y mujer: es el conocido como “amor cortés”, que se desarrollará en los ambientes aristocráticos. La mujer se convierte para el amante en un ser inaccesible, culmen de todo tipo de valores del género femenino. Este tipo de amor que es, además, de tipo adúltero, ya que según la concepción de la época este sentimiento era algo totalmente ajeno al matrimonio e, incluso, negativo en el caso de que existiera. Esta nueva concepción toma, además, una forma similar a la relación de vasallaje que rinde un siervo a su señor. De esta manera el enamorado presta juramento de amor a la dama a la que presta sus atenciones y muestras de cortesía.
Pero, pese a que este tipo de amor puede parecernos, en cierta manera, muy similar a la concepción que se tiene de este tipo de sentimientos en la actualidad la realidad es bien distinta. El “amor cortés” es una construcción cultural, una forma de competición entre los hombres para conseguir una mujer, que, en la concepción de la época, es poco más que un trofeo. De todas formas, dicho amor casi nunca llega a consumarse y vemos, incluso, como los señores de algunas casas nobiliarias fomentan que los “jóvenes” (caballeros que aún no han contraído matrimonio) rindan honores a sus propias esposas, participando, así, en este tipo de “juego“.
En definitiva, más que de auténtico amor, nos encontramos ante un tipo de comportamiento derivado por el desarrollo cultural del período. Poco más que una competición o distracción propia de esta etapa que, aunque posteriormente dará lugar a producciones tan bellas y elevadas como el Roman de la Rose, poco tendrá que ver con los verdaderos sentimientos de los hombres de la época

1.1      EDAD MODERNA

1.1.1     EL AMOR EN LA ERA BURGUESA


1.1.1.1    NADIE ESPERABA AMOR EN EL MATRIMONIO

Una de las formas históricas del amor que más ha impactado al amor contemporáneo es la que los historiadores han llamado el amor burgués. El amor burgués significó una revolución a las pautas de relación entre mujeres y hombres en Europa en los siglos XIII, XIV. XV, vinculado al surgimiento y la expansión de la cultura burguesa. A diferencia del amor cristiano, que separó el cuerpo del espíritu. El amor burgués une el amor espiritual y el amor carnal. Lo sorprendente es que este  importantísimo cambio se da dentro de la misma cultura cristiana.
Para entonces, ya se admitía que en las relaciones de pareja debía estar presente el amor. A latir de esta época se empieza a entender que también en el matrimonio debe estar el amor. Antes del amor burgués, el amor no estaba ligado ni el amor erótico  ni el mor espiritual. Las gentes se casaban sin amarse. Llegaban al matrimonio por arreglos familiares, por conveniencia social, por ligar a personas de un pueblo o de una tierra con personas de otros pueblos o tierras.
Nadie esperaba que los esposos se amaran. Lo más que pensaba era que con el tiempo se irían acostumbrando el uno al otro. Como la relación matrimonial estaba muy normada-la mujer debía obediencia al esposo, el esposo debía protección a la esposa-, la subjetividad individual no significa nada en las relaciones. Antes del amor burgués, el amor se dejaba para relaciones eventuales fuera del matrimonio. Los hombres vivían relaciones de amor personal fuera del matrimonio y, desde luego, con “malas mujeres”, mujeres que no se casaban para dedicarse a garantizar erotismo a los hombres.

1.1.1.2    EL AMOR BURGUÉS: UNA REVOLUCIÓN HISTÓRICA

Cuando aparece al amor burgués, al inicio de lo que se ha llamado la era burguesa, los patrones cambian y se establece que el amor, el erotismo y la sexualidad deben estar unidos. Más aún, que se debe buscar y encontrar a una persona para amarla roda la vida. Juntar en una misma relación la pasión erótica, la pasión espiritual y la convivencia es el modelo que genera la cultura burguesa.
Juntar amor –el sentido de carió, atención, benevolencia, generosidad-, con amor –el sentido de pasión erótica- , con la convivencia –en el sentido de vivir la vida cotidiana unidos-, y hacer todo esto funcional a la tarea de procrear, fue el desafío del amor burgués. La meta era ser una familia y perdurar en el mundo.
El amor se vuelve núcleo de las relaciones de pareja, de las relaciones sexuales, y también de la familia. Todo queda articulado por el amor de dos personas, la pareja, y la estabilidad familiar depende de esas dos personas, que deberán amarse toda la vida siendo pareja sexual. Éste  es el modelo ideal del amor burgués. La nueva sociedad burguesa fomenta otra característica del amor: la comprensión entre los cónyuges. Es en esta época cuando la comprensión surge como un valor del amor, y hasta el día de hoy leemos en revistas como Cosmopolitan: “¿Te comprende tu pareja?”.
Esta pregunta nos llega desde unos seis siglos, desde los inicios de la era burguesa. Junto al respeto como base de las relaciones entre hombres y mujeres, aparece esta otra base, inédita en la historia de Occidente: la comprensión.
Hasta entonces nadie esperaba que las mujeres comprendieran a los hombres ni que los hombres comprendieran a las mujeres. La comprensión en las parejas fue una invención muy importante de la modernidad burguesa. Hoy, aún sguimos teniendo el anhelo de comprensión y la comprensión sigue siendo imaginada como una muestra de amor. Y para iniciar amor todas valoramos profundamente encontrar comprensión y dar comprensión.

1.1.1.3    LOS TIEMPOS DEL AMOR CORTÉS

Una característica relevante del modelo de amor que inaugura el amor burgués, a diferencia de formas de amor anteriores, es que la pareja sexual, la pareja que experimenta la pasión erótica, debe vivir y consumar su pasión en el matrimonio. En el amor cortes –que es una forma previa- los hombres debían experimentar grandes pasiones eróticas, pero estas pasiones eran ideales para vivir y no se realizaban, sólo alimentaban la imaginación.
Cuando leemos las antiguas cantigas en las que se expresa el amor cortés. Conocemos de hombre – en Europa, en América también- que vivían enamorados de una señora a la que mostraban públicamente su amor, y en nombre del aunque mostraban públicamente su amor, y en nombre de la que tenían nada que ven en la vida cotidiana y a la que ni siquiera le dirigían la palabra. Este tipo de amor alentó a muchos hombres a participar en guerras, a enrolarse en expediciones de conquista, a ir a Tierra Santa a las Cruzadas.
El amor burgués puso fin a aquellos amores ideales, sacándose del cuadro del amor permitido. Comienza entonces a ser ilegítimo socialmente que un caballero ame idealizada mente a una dama que es esposa de otro señor y más aún, que lo exteriorice públicamente. En la actualidad, un modelo así ocasiona crímenes pasionales. La prohibición social del amor cortés tiene su base en que se impuso el concepto patriarcal de que las mujeres amadas son propiedad privada de los hombres que las aman.

1.1.1.4    UNA NUEVA MORAL SEXUAL: EL MATRIMONIO Y EL HETEROSEXUALIDAD

En el amor burgués, el amor erótico –se llama así desde entonces- es aceptado y legítimo, y aunque las relaciones siguen siendo pactos familiares, la expectativa comienza a ser que  las parejas se amen y lleguen a realizar satisfactoriamente el eros. Naturalmente, con mayor satisfacción  para los hombres, dando por supuesto que la sola presencia masculina debía llenar de satisfacción para los hombres, dando por supuesto que la sola presencia masculina debía llenar de satisfacción a las mujeres. Comienza a extenderse una nueva moral sexual. Y así se le llamó: nueva moral sexual. Esta moral tiene exigencias iguales para hombres y mujeres, mientras la práctica social del amor mantiene las desigualdades.

1.1.1.5    DUEÑAS DE NADA

El amor burgués establece que el amor pasión, el amor eros, debe conducir al matrimonio y a la procreación. Esa es la vía legítima y autorizada moralmente para mujeres y para hombres. Enseguida, la cultura patriarcal fijará las diferencias: para las mujeres que establecida la regla de la monogamia para toda la vida, para los hombres no.
La monogamia establece como pauta fundamental la propiedad de los hombres sobre las mujeres. Es una pauta social sólo para las mujeres, que durante toda la vida debe llevar el apellido de esposo. Esta forma de propiedad sobre las mujeres ha marcado la historia de todas las mujeres modernas. Según el modelo, cada mujer tiene como destino en la vida hallar a un dueño. Buscarlo y encontrarlo se vuelve un  mandato de vida para las mujeres. No se trata únicamente de que la mujer busque un amor, sino hacer que ese amor sea su dueño. Su dueño jurídica, afectiva, sexual y económicamente.
Surgió así una sofisticada forma de apropiación delas mujeres mediante las relaciones amorosas. Franca Basaglia ha llamado a esto la expropiación de las mujeres, una forma de propiedad privada que interpretada feministamente es una forma de expropiación. Expropiadas: no que no seamos o que no estemos, sino que estamos, pero no somos dueñas de nosotras mismas.
¿De qué no son dueñas las mujeres? De todo lo que hace falta para amar. En primer lugar, no son dueñas de su cuerpo. Su cuerpo pertenece al amado. Tampoco son dueñas de su sexualidad, que queda marcada por el mandato de la monogamia sexual y por el de la heterosexualidad. Tampoco  son dueñas de su subjetividad, de la que se apropia ese dueño que se instala en su corazón. Obviamente, quien no es dueña de su cuerpo ni de su sexualidad ni de su subjetividad, no es una persona libre. Se cumple así lo que decía Sartre: en el amor se pone en juego la libertad o la falta de libertad.

1.1.1.6    AMAS DE CASA CON EL ANHELO DE DEJAR DE SER

El amor burgués mantiene a las mujeres totalmente atrapadas en una relación única, exclusiva y para toda la vida. En esta época y bajo ese modelo se inicia la reclusión de las mujeres pudientes, porque las otras tenían que ir y venir, tenían que trabar y seguir trabajando.
El modelo de mujer que se va construyendo para todas las mujeres en el imaginario de la sociedad es el de la mujer como ser de la domesticidad, de domus, de la casa, del hogar. La casa es su espacio natural. Y así surgiendo el ideal de las mujeres amas de  casa, domésticas, hogareñas. Las demás, las que andan en la calle, la que van y vienen, son las malas o las que están mal.
¿Cuál es la aspiración que empieza a formularse para las mujeres a lo largo de los siglos de la era burguesa? Abandonar el espacio público. Ése es el ideal: dejar de tener que trabajar, dejar de tener que ganar dinero, dejar de tener poderos propios. No debemos creer que este ideal, que hoy nos empieza asonar lejano, existió siempre. Este ideal se construyó y este modelo se idealizó como lo mejor estilo de vida para las mujeres en esta época. Al final, de tanto ocultarse, de tanto desear tener que dejar de trabajar y de ser vistas, las mujeres desearon, anhelaron dejar de ser.
Hoy, nosotras somos el resultado de la crítica histórica que muchas mujeres de aquel tiempo y de tiempos posteriores hicieron al ideal de dejar de ser que se le impuso a las mujeres. A nosotras las contemporáneas nos ha tocado el recuperar el querer ser, ¡y el querer serlo todo! Pero hubo una época histórica desearon que alguien las sacar de la vida pública, del trabajo.
 El anhelo de dejar de trabajar para cumplir con un estereotipo de ser mujer –presentado como el mejor- dominó a la vida de las mujeres. Y se extendió a todas las áreas de la vida: dejar de tener que pensar, dejar de tener que decidir, dejar d tener que participar… Este deseo construido cultural y socialmente logró enclaustrar a miles de mujeres en sus casas, en sus familias y en sus parejas monógamas y eternas.

1.1.1.7    PERMISO DE POLIGAMIA

La poligamia siguió siendo aceptada socialmente para los hombres. Aceptada y promovida. Los hombres sí podían ser polígamos. Y pueden, porque en este aspecto el modelo burgués sigue siendo muy vigente.  Modificado en algunos aspectos, los pilares y fundamentos del amor burgués siguen sólidos en las relaciones de amor.
Ayer como hoy, ya en la modernidad, la poligamia sexual, no solamente la poligamia amorosa, le sigue dando poder a los hombres. Desde los tiempos del amor burgués hasta hoy los hombres adquieren poderes a partir de la sexualidad y manifiestan poderes a través de la sexualidad.
No es sólo el mercado el que valoriza diferencialmente a las mujeres y a los hombre, el amor también. Una de las fuentes del valor personal de los hombres está en el amor de las mujeres. Los hombres de ayer y los de  hoy requieren de varias mujeres para nutrirse dela mor de esas mujeres y así mostrar socialmente sus capacidades viriles, sexuales y amatorias, elementos muy importantes que configuran lo que hoy como autoestima masculina, alimentada por las relaciones desiguales que tanto las favorecen.

1.1.1.8    EL RITO AMOROSO DE LOS REGALOS

Con la modernidad, el amor de los hombres a las mujeres se va convirtiendo cada vez más en una trasferencia de recursos.  Conforme avanza el mundo capitalista, se va desarrollando más y más un orden social de géneros en que los hombres se convierten en los simbólicos más importantes del orden económico.
Dar amor comienza a ser compartir elementos de poder. Dar amor es dar dinero, bienes, recursos. Dar amor es dar regalos: éste es uno de los ritos más arraigados del amor. En la actualidad, cm ya estamos muy liberadas, nosotras también regalamos. Pero en la era burguesa, las mujeres no regalaban a los hombres, sólo recibían regalos de ellos.
Una muestra simbólica del poder de los hombres sobre las mujeres es halagarla, seducirlas con objetos. Estos regalos lo que tiene que ver con la preparación del cuerpo de la amante para los artificios de los eros: perfumes y joyas. Al regalar perfumes e simboliza dominio sobre el cuerpo de las mujeres, al regalar joyas se expresa que el poder económico es de los hombres. Estos ritos siguen vigentes en nuestro tiempo. En este mundo lo que más se le regalas a las mujeres son perfumes. ¿Qué industrias son de las más superpoderosas del mundo? La d los perfumes y la de los cosméticos.
Las cosas han ido cambiando. Porque la economía ha ido cambiando. Y las mujeres han aprendido a exigir otros regalos. Y  a regalar ellas mismas. También ha cambiado ese principio de la cultura amorosa burguesa que establecía que las mujeres nunca pagan y lo hombres siempre invitan. Ya entre nosotras, o pagas o no vas. Hoy, este principio burgués pervive en centros nocturnos y salones de baile donde las mujeres no pagan o pagan la mitad, como residuo ritual de su dependencia económica de los hombres.

1.1.1.9    EL AMOR VICTORIANO Y SU PODER

Hoy también vivimos bajo la influencia de otra forma de amor, el amor victoriano. Este modelo de amor lleva el nombre de la Reina Victoria, que gobernó Inglaterra durante la transición del siglo XIX al XX, cuando se da la gran expansión del imperio británico, en un momento cumbre del desarrollo del capitalismo. La Reina Victoria es el monarca que ha tenido un reinado más prolongado en Inglaterra. Durante su reinado el amor burgués llega a su fin.
En el matrimonio de la Reina Victoria, su esposo no fue el rey, fue sólo “el esposo de la reina”, Ella era la heredera del poder monárquico. Siendo una mujer tan poderosa, responsable de gran imperio, y llevando por esto una vida tan diferente a la de las demás mujeres de su país y de su tiempo, la Reina Victoria logró imponerse como modelo de mujer y de madre en Inglaterra y en muchas otras partes del mundo.  Convertida en “la madre de Inglaterra” y desde el artificio de la corte y el poder del trono, contando con un equipo de nanas, institutrices y mayordomos para cada uno de sus muchos hijos, la Reina Victoria construyó el estereotipo de mare perfecta, legándolo al  sociedad muy conservadora, muy patriarcal y muy cerrada, la sociedad victoriana.

1.1.1.10 EL AMOR ROMÁNTICO: LA PASIÓN ERÓTICA Y LA CAUSA POLÍTICA

Otra forma histórica del es el amor romántico, es expresión de otra época y algunos de sus personajes emblemáticos son músicos famosos: Liszt, Schubert, Schumann, Chopin, símbolos de la cultura romántica.
Como reacción al cerrado y conservador mundo victoriano, surge en Europa el anhelo de vivir el amor de manera diferente. La “diferencia” a poder dar rienda suelta a las pasiones de amor. Aparece así el amor pasión. El amor romántico reivindica a la pasión erótica y el amor fuera de la sanción institucional del matrimonio.
Del amor romántico está plagada hoy América Latina: miles y miles de mujeres y de hombres que se emparejan y que, con una ideología anti-institucional, decide no casarse, porque consideran absurdo que el amor requiera firmar “un papelito”.
El amor romántico se plantea como un amor puro. Peor la “pureza” es ya de otro tipo: el amor es puro porque no está contaminado  por las instituciones, por las formalidades. Es una pureza tan poderosa que no requiere de ninguna sanción social.
Otra marca que tiene el amor romántico es sumarle a la comprensión entre quienes se aman la identificación en os fones vitales. Los amantes no sólo comprenden, buscan también los mismos fines. En la Europa de las revoluciones liberal y socialista abundan las historias de parejas que vivieron amores románticos, las historias de mujeres que lo dejan todo –familia, fortunas, títulos-, por una causa y juntan el amor y la revolución, la pasión erótica y la causa política. Compartir causa política. Compartir causa políticas, causas estéticas, filosofías, luchas y proyectos une a las personas y el amor se sostiene y aumenta a identificarse ambos en el mismo sentido de la vida. Cantidad de historias de amor de este tipo abundan en América Latina y muy especialmente en Perú.

1.2      EDAD CONTEMPORÁNEA

1.2.1     EL AMOR ROMÁNTICO: UN PROCESO PARADÓGICO

A lo largo de las páginas del libro de “POR QUÉ DUELE EL AMOR” Illouz trata de mostrar que el amor romántico tal y como  lo viven los hombres y mujeres de nuestro tiempo es escenario de un proceso paradójico: por una parte, los individuos modernos se muestran mejor pertrechados que sus predecesores para tolerar repetidas experiencias de abandono, rupturas, engaños o separación, en la medida en la medida en que se ven capacitados para reaccionar ante tales experiencias con desapego, autonomía hedonismo, cinismo e ironía.
Por otra parte, sin embargo, precisamente porque han desarrollado esta clase de estrategias, se han privado así mismos de la capacidad de amar con pasión.

1.2.2     NUEVO MARCO DE LAS ELECCIONES ROMÁNTICAS

Ello tiene much que ver con qulos individuos, por sí solos, sveenfrentados a la difícil tarede conciliar, en el interior mismo de una relación, su deseo de autonomía coedeseo de reconocimiento, quebajo el influjo del ideal romántico, en las condiciones modernas de individualización creciente, se esperúnicamente del amor de otro y nycomo sucedía antaño de la inserción en una clase.
Sipretender emodo algunexcluir la posibilidad de que haya uamor moderno feliz (428), el propósito de Illoueesta obra hsidmostrar loefectos indeseadoqualgunos desarrollos modernos quella designa como “la Gran Transformación” hatenido precisamenteeámbito de larelaciones íntimas. De este modo consigue mostrar también la relevancia del análisis sociológico parcomprender lnaturalezde los problemas que splantean en este terreno, cuyas dimensiones institucionales y culturales tendemos a pasar por alto, precisamente a causa de la hipertrofidlas explicaciones psicologizanteque dominan nuestra cultura.
La idea que atraviesa el libro, eefecto, es similar a la que a comienzos del XIX llevó a muchos sociólogos a buscar razones sociales y nmeramentpsicológicas o moralede la pobreza. En esta misma líneaconjugando el enfoque macro-sociológico  en la tradición de Marx y Weber con el análisis de entrevistas, Illouz hace visible el rendimiento cultural de una sociología de las emociones.
Evitando la tendencia a individualizar los problemas, presente en el discurso psicológico dominante, y en la literatura de autoayuda, Illouz desea destacar que “las experiencias corrientes del sufrimiento emocionalno sentirse querido o sentir- se abandonado, torturarse con la distancia o el desapego de otros están impregnadas de valores e instituciones centrales para los modernos” (429). Así, detrás de fenómenos como la desigual actitud de hombres y mujeres frente al compromiso, las inseguridades deriva- das del difícil equilibrio entre autonomía y reconocimiento, la tendencia de las mujeres a auto-inculparse cuando fracasan las relaciones, etc., cabe reconocer cambios estructurales y culturales que han alterado profundamente las condiciones en las que hombres y mujeres hacen sus elecciones románticas.

1.2.3     LA GRAN TRANSFORMACIÓN

En último término, la Gran Transformación en materia romántica residiría en una “transformación de la ecología y la arquitectura de la elección”“Un d la transformacionecentrales del amor en la modernidatiene que ver con las condiciones elas que se toman las decisiones románticas. Estas condicione son ddos tipos: unsrefiere lecologíde la elección, o el ambiente sociaque le orienta a uno a decidir en undeterminada dirección pero la elecció está  marcad tambié po usegundo elemento, que designo como ‘arquitectura de la elección’ esta se refiere a los criterios por medide los cuales se juzga un objeto, así como los modos eque unpersonexamina sus propios sentimientos, ssaber y su pensamiento lógico, partomar una decisión (40, 2).
A, econtraste con épocaprecedentes, donde eproceso decortejo estaba controlado por la familide lmujer, ldesaparición de labarreras culturales y sociales htenido un efecto ambivalente: por un lado ha ampliado las posibilidades teóricas de elección; por otra, hhechrecaer los criterios de elección completamente sobre los individuos.
Illouilustra esta idea, comparando emodo eque estaba institucionalizado ecortejo y ematrimonien los siglos XVIII y XIX para lo cuase sirve de algunade las novelas conocidas de Jane Austen y eproceso ddesinstitucionalizacióposterior, en el que han desempeñado un papel clave dos factores: poun lado, el ideal romántico de la afinidad sentimental como idea regulativde las relaciones entre los sexos ypor otro, el desarrollo del mercado.
Frente al lenguaje moral, que servía los personajes de Austen comcódigo cultural de valores compartidos la difusió del ideal románticde afinidad sentimental, reproducidhasta eagotamiento por lculturpopular, ha servido para romper fronteras sociales y económicas elelección de pareja. Pero también hprivado a los hombres y mujeres de las seguridades culturales anteriores, para introducirles en un calvario de introspección psicológica bien explotado por los expertos psicólogos que ofrecen sus consejos en las revistas o Internet.
Según sostiene Illouz, “lo que llamamos ‘triunfo’  del amor romántico en las relaciones entre los sexos, consistió sobre todo en que la elección amorosa individual se independizó de la red moral y social del grupo, dando lugar a un mercado de encuentros autoregulado” (81).

1.2.4     LA AMPLIACIÓN DE LA OFERTA

Traducido al lenguaje económico de Gary Becker, diríamos que la ruptura de las fronteras sociales y culturales se habría  traducido  en una ampliación  sin  precedentes  del  mercado matrimonial, en el que los sujetos en principio  compiten  libremente, pero, como fácilmente cabe apreciar, no en igualdad  de  condiciones:  los  hombres juegan con ventaja. En todo caso, esto explica el segundo de los elementos que, según Illouz, han alterado la arquitectura de la elección: la progresiva afinidad entre la dinámica del deseo amoroso y la dinámica de la economía, y, con ello, la transformación sufrida por la cuestión del valor (y el sentimiento del propio valor).
En efecto: en la medida en la que el amor y la sexualidad aparecen progresivamente desvinculados de referentes morales o culturales y respecto a lo que constituye “un buen partido”, los sujetos incorporan  criterios de valoración cada vez más superficiales la aparición de “lo sexy” como categoría cultural es un reflejo de este proceso y cada vez más vinculados a la dinámica del mercado: valoramos más lo que es escaso y me- nos lo que es abundante.
Por ahí discurriría la razón estructural de por qué los hombres, que en el siglo  XIX eran los que tenían mayor interés en comprometerse la promesa  era una institución  central de la vida social, ahora huyen del compromiso:  no es que sean “seres egoístas por naturaleza” uno de los propósitos  de Illouz, al situar en segundo lugar las explicaciones biopsicológicas, es evitar la tendencia a patologizar el comportamiento masculino, o a medirlo según el patrón del comportamiento femenino, sino que el contexto en el que tienen que elegir mujer ha cambiado.
Aplicando la racionalidad económica más elemental a cuestiones sentimentales, el razonamiento implícito sería: hay abundancia de mujeres disponibles, no compensa ligarse con ninguna, compensa dejar la elección abierta, por si aparece una opción mejor.
La situación de la mujer, en cambio es desde el principio diversa; para ella corre más deprisa el reloj biológico y en parte por eso, en la mayo- ría de los casos aunque las excepciones también van en aumento ellas muestran más disposición a comprometerse, de modo que, cuando encuentran que del otro lado no existe la misma disposición, la experiencia del amor se convierte en fuente de frustraciones.

1.2.5     ELECCIÓN MÁS LIBRE E INSEGURA

Pero, como  apuntábamos  arriba, la Gran Transformación en materia romántica  afectaría  también  a lo  que Illouz  denomina  arquitectura  de  la elección: desaparecidos los criterios culturales compartidos,  el juicio sobre lo que constituye un buen partido se individualiza:
“La transición de lo premoderno a lo moderno en la elección de pareja es una transición desde significados y rituales públicos  compartidos por los cuales hombres  y mujeres pertenecían a un mundo social común a interacciones privadas, en las que el yo de otra persona es evaluado a la luz de una multiplicidad de criterios fluctuantes como el atractivo físico, la química de sentimientos, la compatibilidad de los gustos, y la disposición psicológica. (...) La clase social e incluso el carácter pertenecen a un mundo en el que los criterios para establecer valor eran conocidos, públicos y accesibles a todos (…) Debido a que el valor social debe ahora negociarse en y a través de gustos individuales, y a causa de la individualización de los criterios de valor, el yo se enfrenta a nuevas formas de inseguridad… por ejemplo, qué vale como  ‘sexy’,  o  ‘deseable’ aunque siguen cánones de imágenes públicas de belleza están enteramente sujetos a una dinámica del gusto individualizada y por ello relativamente impredecible” (227).
Por esta vía se hace patente que “el amor romántico heterosexual es uno de los lugares donde  mejor se aprecia la ambivalencia de lo moderno, porque en las últimas cuatro décadas hemos presenciado tanto la radicalización de la libertad y la igualdad en el interior mismo del vínculo romántico, como una radical separación entre sexualidad y emocionalidad. El amor romántico se hace eco así de dos de las revoluciones culturales más importantes del siglo XX: por un lado la individualización de los estilos de vida y la intensificación de proyectos emocionales; por otro, la economización de las relaciones sociales, la omnipresencia de modelos económicos  que dan forma al yo y sus emociones… El individuo moderno es simultáneamente emocional y económico, romántico y racional-instrumental” (23, 4).
Ciertamente, la Gran Transformación no impide que la experiencia del amor en cuanto tal en la cual van implícitos la entrega confiada y el abandono sea accesible también a nuestros contemporáneos, incluso cuando vaya precedida de una elección calculada en clave moderna. Ahora bien, precisamente por eso, y precisamente, tal vez, porque, en términos de reconocimiento, el amor romántico supone jugarse la vida a una sola carta, el fracaso en el amor, por ejemplo cuando se percibe que el otro/a no está en el mismo nivel, altera la vi- da de un modo más devastador que en otras épocas, porque en este caso es también la percepción del propio valor lo que se encuentra en juego.

1       EL AMOR ROMÁNTICO: CONCEPCIÓN CULTURAL

1.1      CULTURA PERSA

Incluso tras todo este tiempo
El Sol nunca dice a la Tierra «estás en deuda conmigo».
¡Observa lo que ocurre con un Amor como ese!
Ilumina todo el Cielo.
Hafiz
Rumi, Hafiz y Sa'di son iconos de la pasión y el amor en la cultura y el lenguaje persas. La palabra persa para el amor es eshgh, que deriva de la árabe ishq. En la cultura persa, todo es abarcado por el amor y todo es por amor, empezando por el amor a los amigos y a la familia, a los maridos y esposas, y llegando eventualmente al amor divino, que constituye la meta última de la vida. Hace alrededor de siete siglos, Sa'di escribió:
Los hijos de Adán son miembros de un cuerpo
Habiendo sido creados de una sola esencia.
Cuando la calamidad del tiempo aflige a un miembro
Los otros miembros no pueden continuar su descanso.
Si no tienes compasión por los problemas de otros
No mereces ser llamado por el nombre de «hombre».

1.2      CULTURA OCCIDENTAL

En la cultura occidental, el amor, definido como vio afecto inclinación, tiene entre sus características fundamentales la benevolencia. La benevolencia implica el anhelo de un valor: la suavidad. Se le asigna un amor una estética más que una ética. Occidente asocia benevolencia, deferencia efecto con erotismo. A veces no hace separación, como si fueran una y la misma cosa. A veces si separa éstas características. Pero en el imaginario occidental prevalece vincular ero y el amor  a una experiencia única.
Occidente también asocia le amor  a la voluntad. Cuando decimos que hacemos algo “por amor”, se entiende que empleo nuestra voluntad. Voluntad para hacer cosas, para sobreponernos las dificultades, para crear. La voluntad implica también empeño. Hacer algo por amo implica hacerlo con empeño. Con voluntad y utilizando a fondo nuestras habilidades y nuestras capacidades. En occidente el amor está también profundamente ligado al deseo, a anhelos, ilusiones, sueños, imaginaciones. Al anhelo de lo innombrable. A menudo, la cultura occidental llama “amor” a la persona amada. Asociación que resulta muy interesante. En Perú se usa mucho decir a todo el mundo “amor, amorcito”, aun cuando sean personas desconocidas. También la experiencia erótica se asocia en el lenguaje y decimos: “hacer el amor”.
Nuestra cultura concibe también el amor como un apetito. En la poesía, y también en la sicología, se habla del “hambre de amor”. Y en el erotismo hablamos del “hambre de piel”. El amor se experimenta como un apetito, un ansia. No solamente un anhelo de, un afecto por, una inclinación hacia, sino también como una pasión profunda, como una fuerza que no reconoce normas ni mandatos y la creatividad de las personas.

1.2.1     AMOR ESPIRITUAL, AMOR CARNAL: EROS, ÁGAPE, FILIA

La tradición occidental, clasifica las diversas clases  de amor. Habla de amor físico y de amor espiritual, considerando que son dos amores diversos, y olvidando que no hay amor que no sea físico. En la tradición occidental se jerarquizan las formas de amor y se escinde la experiencia en dos planos, el físico y l espiritual, considerándolos autónomos. Se habla de carne y de espíritu y por tanto, de amor carnal, que siempre se piensa como apasionado; y de amor espiritual, al que se le asigna siempre un valor positivo, trascendente, moralmente bueno y sobre todo, superior al del amor carnal, que se supone dominado por las “bajas pasiones”.
Occidente habla también del amor de amistad, que implica prescindir del ero. Amor de amistad es aquel en el que no hay eros, y solamente se desarrolla el afecto el otro a la otra, una voluntad en favor del otro, una apetencia por su compañía, pero sin involucrar nunca una relación carnal. También se conoce en la tradición occidental el amor solidario. La solidaridad tiene como fundamento el amor. Se trata de un amor sin objeto indefinido, un amor a todos, un amor a un grupo, un amor a un estado de las personas.
Y así, hay quienes, por ejemplo, aman a las personas sin techo y sin hogar… y el resto no les importa. Focalizan toda la solidaridad, como si fuera un rayo láser, en los sin techos y sin hogar. Otras personas aman a “todo el mundo”. En general, Occidente maneja tres conceptos fundamentales sobre el amor: eros, ágape, filia. Eros quiere decir amor con atracción física. Ágape es un concepto griego que se relaciona con el amor que comparte amor con otras personas, que implica un sentido trascendente, cargado de espiritualidad. Ágape es el concepto que después paso a la tradición cristiana occidental como amor-caridad. Es una conmoción por el otro o la otra que nos lleva a hacer algo por ellos. En el cristianismo, todo otro y toda otra son seres que merecen nuestro ágape, que compartamos amor con ellos.

1.2.2     EL MUNDO GRIEGO: LA PERFECCIÓN LA ATRACCIÓN

Para la tradición griega, el amor hace perfectas a las personas. La cultura griega consideró que el amor pone a las personas en un proceso de perfección. Los griegos veían al amante como un ser imperfecto que ama para encontrar en el otro o en la otra lo que falta, aquello de lo que carece y que le impide ser perfecto.
Piensen en la cantidad de expresiones amorosas contemporáneas que todavía llevan el sello griego: ver en el amado o en la amada la encarnación de lo perfecto, de lo único, de lo maravilloso. En nuestro imaginario está el amado o la amada perfectos. Más moderna es la idea de quien ama a alguien perfecto se perfecciona, se hace perfecto o perfecta. Lo que sucede es que, con estas ideas, cuando llegan las desilusiones amorosas, los golpes son muy fuertes. Porque ni quien ama es perfecta ni quien es amado es perfecto.
En el mundo griego se consideraba que hay personas que tiene  atractivo, y es por eso que atraen amor, es por eso que se les ama. La atracción era vista como la cualidad de algunas personas. También en nuestro tiempo hablamos de personas atractivas y de personas no atractivas. De personas que ejercen atracción porque sí, porque así son y atraen y ejercen una influencia de amor sobre otras personas.
En la tradición griega, uno de los más claros sentidos del amor es el ejercicio de la atracción. En muchas mujeres pervive esta idea. Y para muchas mujeres lo de la atracción es fuente de muchos dramas. Porque la atracción sobre el otro o sobre la otra, que tanto exaltan los modelos tradicionales del amor, es efímera, está muy ligada al cuerpo y muy pronto se acaba, aunque no de forma recíproca sino casi únicamente en la mujer. Sin atractivo la mujer pierde autoridad en la relación amorosa. Un terrible sufrimiento amoroso de muchas mujeres es la pérdida de su capacidad de atracción.

1.2.3     LA REVOLUCIÓN DEL AMOR CRISTIANO

La expansión del cristianismo, una religión que tiene como fundamento el amor, represento una revolución amorosa. En la concepción cristiana, el amor se representa, se vive y se experimenta, se vive, se actúa y se demuestra. No solamente se siente, sino que tiene visible en las acciones. No se trata solo de sentir amor, sino de hacer amor, de ser benevolente con las personas que amamos. Amar a alguien es hacer cosas por el bien de alguien.
La moral amorosa occidental, ya influida por el cristianismo, asocia siempre el amor con el bien, con algo bueno. Siempre. Y es impensable considerar que haya “amores que matan”. El cristianismo asocia el amor a la voluntad y al deseo de hacer cosas buenas, considerando que el amor hace bondadosas a las personas. En el cristianismo se supone que  hay más amor en el amado que en el amante.
El cristianismo produce un giro histórico importante: el amor no nace de la apetencia, sino de la superabundancia y no porque se carezca de amor o porque se tenga apetito de amor. Se enseña: “Haz el bien sin mirar a quien” y se difunde un conjunto de expresiones morales que insisten en que no importa cuál sea la calidad del amado, importando únicamente la felicidad que hay en dar amor. La solidaridad, la generosidad y la gratitud son características centrales del amor cristiano.

1.2.4     ¿CÓMO AMAR SI NO NOS AMAMOS?

Lo que Sartre planteo como una nueva ética amorosa, era todavía una ética amorosa masculina. Porque el “sí mismo” es todavía una cualidad de genero de los hombre. Siguiendo a Sartre, pero haciéndole una crítica feminista, Simone de Beauvoir planteó que mientras las mujeres no vivamos desde “el yo misma” no podemos ser libres ni aspirar al amor  en libertad.
La crítica de Simone de Beauvoi a Sartre es la de todas las feministas. No se puede plantear la universalidad de una experiencia cuando la condición social, sexual y de género es desigual. En esta visión existencialista del amor, que lo define como la realización de la libertad de cada quien, lo primero que tenemos que hacer las mueres es perfilar los contenidos de nuestras libertades. Porque si no, ni siquiera sabremos qué es lo que está en juego en las relaciones amorosas. Si no nombramos nuestras libertades, ni siquiera nos daremos cuenta de si las tenemos, de si las perdemos o de que se trata en la relación.
Dice Simone de Beauvoir: ¿Cómo las mujeres podemos ser benevolente sino somos benevolentes con nosotras mismas? Ésta es una gran pregunta que tenemos que hacernos todos los días y todas las noches y todos los instantes de nuestras vidas.
Dice Simone Beauvoir: ¿Cómo poder dar si no nos damos a nosotras mismas? ¿Cómo poder dar si no nos damos a nosotras mismas? ¿Cómo poder ser si no nos afirmamos en una existencia individual? Considero esta serie de preguntas emblemáticas dentro de la reflexión feminista en el siglo XX.
Mi maestra, Franca Basaglia, definió a las mujeres como seres para los otros. La sociedad y la cultura hacen de las mueres seres que aman a los otros. Lo perverso es que en esa imposición está la negativa del amor propio. A las mujeres les ha sido prohibido el amor propio. Es la mayor perversión de la cultura patriarcal.

1.2.5     LA COLONIALIZACIÓN AMOROSA DE LAS MUJERES

Para las mujeres, amar es colocar al otro en lugar de ser lo más importante del mundo, más importantes que una misma. Decimos: “sin ti me muero”, y eso significa que la sustancia de mi vida está en ti, no en mí, que mi vitalidad depende de tu existencia, no de la mía, que mis pensamientos están habitados por ti, que mi amor esta monopolizado por ti. Es lo que algunas autoras han llamado la colonización de las mujeres a través del amor. Te coloniza otra persona, te habita. No solamente habita entre tus cuatro paredes, sino que habita tu cuerpo, tu subjetividad, tus anhelos, tus pensamientos. En la colonización amorosa, una persona ejerce poderes de dominación sobre otra.
Dice Simone Beauvoir: Entre él y yo y el otro, como anhelo de vivir, sólo puede existir como medida la libertad. Mientras las mujeres no hagamos de la libertad un valor amoroso, estaremos sujetas a otros o sujetaremos a otros o a otras. Nos dominaran y dominaremos. Este doble efecto ha sido estudiado por algunas psicólogas y psicoanalistas femeninas, que han planteado que una mujer colonizada, una mujer habitada, aspira a colonizar y a habitar de la misma manera en la que es habita y colonizada. Su ideario de amor es el amor enajenado, el amor-dominación. Un amor muy patriarcal, que resulta funcional al mantenimiento de la dominación de las mujeres por los hombres.
Es un amor enajenado, una quisiera que la otra persona no tuviera límites. Como yo no los tengo, aspiro a que tú no lo tengas. Como yo no soy libre, aspiro a que tú tampoco seas libre, como yo estoy invadida, aspiro a poder invadirte. El anhelo y el deseo de muchas mujeres construidas así están en reproducir en el otro la experiencia vivida en carne propia. La fantasía amorosa es tener en frente un esclavo, la misma esclava que yo soy para ti, , como lo expresa la gran feminista y escritora norteamericana Alice Walker. Resulta duro, pero es así: la fantasía amorosa me muchas mujeres es relacionarse con un esclavo, con una esclava, que tengan una esclavitud de la dimensión de su propia esclavitud. Anhelas que la otra persona te dé y haga por ti por lo menos lo mismo que tú supones que das y haces por ella.

1.2.6     PARA PODER MAR HAY QUE SER CIUDADANAS

Una esclava importantísima a tener en cuenta es que, de forma muy tradicional, las mujeres modernas seguimos esperando que sean los otros los que cambien, no nosotras. Y, como buenas latinoamericanas, queremos que cambien todo, que todo mejore y ¡que se mañana! Pero queremos que cambien los otros sin cambiar nosotras, mantenido intocada la parte arcaica de nuestro corazón donde se aloja el amor.
Y en esa actividad expectante somos más tradicionales que las más tradicionales. Como modernas afirmamos nuestra verdad. Y nuestra verdad es que es justo que las relaciones y que el amor sea de otra manera. Pero como en el amor seguimos siendo tradicionales, seguimos esperando que los otros cambien, sin exigirles que cambien. Les exigimos a veces como protesta, como reclamo, como arrechura y berrinche, pero no somos capaces de ponerles una sola condición como ciudadanas.
Y es que para poder amar, las mujeres modernas necesitamos ser ciudadanas. Si elegimos a quien nos gobierna, podemos elegir a quien queremos que comparta el techo y el tálamo. Si le queremos poner norma al mundo, ¿Cómo es posible que no podamos poner una norma en nuestro mundo más inmediato, en nuestro territorio, en nuestro habitad, en nuestra vida cotidiana?
No podemos poner ni una norma porque no tenemos territorio propio, porque no tenemos hábitat, porque no tenemos… Podríamos hacer un inventario de los recursos, los bienes, los dones, los poderes que necesitamos tener para decidirnos a poner una sola norma. No muchas, una sola. Y podríamos hacer ese inventario no individualmente sino hacerlo entre varias, entre muchas, entre cada vez más y más mujeres.

3.3 CULTURA ORIENTAL

3.4 CULTURA ÁRABE

3.5 CULTURA TURCA (CHAMÁNICA E ISLÁMICA)

3.6 CULTURA ANGLOSAJONA

4 BÚSQUEDA DEL AMOR ROMÁNTICO

5 CONSECUENCIAS DE LA IDEALIZACIÓN DEL AMOR ROMÁNTICO

5.1 MITOS DEL AMOR ROMÁNTICO Y VIOLENCIA

5.2 UN PRETEXTO PARA EL ABUSO Y EL SOMETIMIENTO

5.3 LA DESIGUALDAD DE GÉNERO EN EL EMPLEO.

6 PERSPECTIVA DEL AMOR ROMÁNTICO DEL HOMBRE VS. EL DE LA MUJER

6.1 HECHOS DEL FEMINISMO Y EL MACHISMO

7 CONSIDERACIONES PSICOSOCIALES SOBRE EL AMOR ROMÁNTICO

7.1 ¿CÓMO EXPLICAR LA PERSISTENCIA DEL AMOR EN ESTOS CASOS?

7.2 ENAMORAMIENTO Y ELECCIÓN DE PAREJA

7.3 ERRORES, CONFLICTOS, RUPTURAS

8 ANEXO


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

RISO Walter. Manual para no morir de amor: diez principios e supervivencia básica. Fotografía de Portada por Molotovcoketall/ Getty Imágenes; Diseño de Portada por A. Iraita/Departamento de Diseño. Av. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España); División Editorial del Grupo Planeta; Barcelona: España, 2011. Editorial Plantea, S.A., 2011. 248 págs. ISBN: 9788408080480.

RISO Walter. Afectividad masculina: lo que toda mujer debe saber acerca de los hombres. Fotografía de Portada por Molotovcoketall/ Getty Imágenes; Diseño de Portada por A. Iraita/Departamento de Diseño. Av. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España); División Editorial del Grupo Planeta; Barcelona: España, 2008. Editorial Plantea, S.A., 2008. 182 págs. ISBN: 9788408063674

ILLOUZ Eva. Por qué duele el amor: una explicación sociológica. 1era Edición 2012. Traducido por María Victoria Rodil; Diseño de Impresión por Pablo Salomone y Maru Hiriart. Título de la Edición original: Why Love Hurts. A Sociological Expalnation. Calle del Barco 40,3ºD. Editorial Katz Editores. 363 págs. ISBN: 9788492946471.

GONZÁLEZ Ana Marta. Análisis de Porqué duele el Amor de ILLOUZ Eva. 24 octubre 2012 - n.º 77/12. Edita Aceprensa S.A. Presidente: Javier García-Verdugo • CEO: Miguel A. Sánchez del Moral • Director: Ignacio Aréchaga • Redactor-Jefe: Rafael Serrano. Imprime Centro Gráfico Alborada. • Depósito Legal: M. 35.855-1984 .c/ Núñez de Balboa, 125, 6º A. 28006 Madrid (España). ISSN: 1135-6936.

POGORILES  Leticia. Entrevia a  Illouz: "Se puede pensar en hijos sin tener una pareja estable" .Friday, 26 October 2012 17:44

LAGARTE Marcela. Memoria. Clave feminista para la negociación en el amor. Memoria del curso Managua 5 y 6 de diciembre del 2000. Edición a cargo de María López Vigil, producción por Teresita Hernández y Julieta Bendaña, fotos de interiores y de portada por Julieta Bendaña, diseño y diagramación por Juan R. López Altamirano. De l aRendodna de Plaza España, 4c. abajo, 1c. al largo. ISBN: 99924-0-137-0.